Un mar oscuro

Y allí ella estaba, con su más puro sentir, con su más puro vivir

Sentada sobre la alfombra de su cuarto, aterciopelada, sintiéndo las pelusas bajo su suave piel

Con los muslos desnudos, con el torso enfriándose, con los ojos llorosos..

Volvía a sentir ese vacío, que tanto le costó dejar atrás.

Sintió ese dolor que tantos años había intentado ahogar.

Ese dolor oscuro, con olor a petróleo,

Esa herida abierta que gotea un líquido espeso, y que le corta la respiración.

Todas estas sensaciones las recordordaba muy bien..

Ella siempre todo lo ha entregado, 

Ella todo lo da, ella todo lo muestra

Pero a ella no la valoran, no la miran, de ella nadie sabe.

De pensamientos se llena,

De recuerdos se cubre,

Y en llantos ella se ahoga.

La Niña

Había una vez una niña que se sentía totalmente sola, a pesar de tener hermanos. Pero ellos eran como unas tablas de hiero.

Su madre la apoyaba, pero la niña quería algo más que ayudar en las contribuciones del hogar, la niña quería divertirse, jugar como antes.

Ella después de un tiempo supo de algo grave, tan grave que hasta ahora le hace sentir mal, triste, sola. Como todo lo que le pasa, como un desecho que le botan.

Ella no solo está confundida con el ámbito familiar, sino que también está confundida con el ámbito amistoso y escolar.

Ella no sabe a quién tiene cerca, ni a quien tiene lejos. Solo sabe que casa día que pasa se siente más y más débil, como a una vela que se le va apagando la luz, como a una vela que se le acaba la cera, pero nunca, nuca ha podido acabarse completamente esa vela.

La niña siempre se dejaba llevar por sus emociones. Por eso era muy difícil hacerle tranquilizar. Ella tiene a personas lejanas que la apoyan, pero ella siente que aún le falta algo, que tiene un vacío que no sabe cómo llenar.

No de hambre, ni de ropa, ni nada material. Sino que es un vacío emocional que no le deja en paz.

La niña no pudo soportar tanto dolor, tanta angustia, tanta soledad, tanto vacío y se fue. No se fue por horas, no se fue por días, semanas, ni meses, ni tampoco años, la niña se fue para siempre. Abandonó lo que no quería.

Y cada vez que sientes escalofríos, ella está cerca, rodeándote, vigilándote y cuidándote.

Miradas

En ese pequeño bus los dos estábamos,
Sin hablar, sin mirar, sin decirnos nada.
Silencios como el viento sigiloso,
Solo el sonido del exterior nos acercaba.

Avanzábamos, queriendo llegar a destino.
Yo, para quitarme este mareo. 

Y él, para descansar el cuerpo ajetreado.

Bostezando los dos, de repente nos miramos.
Nos miramos sin detenernos,
Solo con mirarnos nos dijimos todo, sin entender nada.

Yo le miré y él quitó su mirada de mis ojos cristalinos,
Luego la volvió, para bajarla y seguir mirando al horizonte.
Yo, sin reclamar, bajé la mirada y no dije nada.

Fresa roja

Una gota cayó,
Roja como fresa fresca
Espesa como pasta
De ligero aroma.

Le pasó la lengua, por toda la piel;
Tenía curiosidad de saber a qué sabía.
Se sorprendió al encontrar.. nada.

Volvió a saborear, buscando algo nuevo.

Hierro suave, levemente dulce
La herida todavía abierta, 
Le llamaba a actuar.
Pero quieta se quedó, sin nada que hacer.

Recordó ese día, soleado y caluroso,
Un vaso de limonada con hielo,
Una ensalada de frutas a su lado.

De repente miró fijamente el cuchillo,
Recién afilado, de hoja brillante,
Fue ahí que su impulso floreció.
No lo dudó ni un instante,

Tomó el mango y por toda su piel quiso sentir.
Aquel dolor, aquel éxtasis de emoción,
Aquel estímulo no lo quiso dejar ir,
Prefirió quedarse a morir.

Una noche

Le desgarraba el recuerdo,
Cerraba sus ojos y no dejaba de recordar;
Recordar o imaginar, no lo tenía claro.

Algo le susurraba al oído, pero no lograba escuchar.
Algo tocaba su hombro, pero no lograba sentir.
Algo se presentaba ante sus ojos, pero no lograba ver.

Caminaba hacia el pasado,
sin saber hacia dónde llegar.
Tocaba puertas y abría ventanas,
Mas todo con llave se encontraba.

Quería respuestas, estaba desesperada.
Tenía preguntas, sin poder sanar,
Pero todo quieto se quedaba, 
Mientras su vida día a día avanzaba.

Miró al cielo, a la luna y a las estrellas.
Miró las casas, las luces y los autos pasar.
Miraba como todo brillaba, pero sólo tenía oscuridad.

Casino

Era otra noche de apuestas, Póker era su favorito.
Sabía leer personas, eso le jugaba a su favor.
Un escocés a las rocas era su acompañante más fiel.

"Otra más", decía una y otra vez su compañero de al lado.
Tenía unos tragos de más, eso se notaba.
Reía y fanfarroneaba con las dos morenas que estaban a su lado.
Lo que este no sabía, era que prontamente iba a perder toda su fortuna.

Tal como predijo, la perfecta escala real que tanto ansiaba estaba por fin en sus manos.
No debía alardear, ni demostrar expresión,
Pero sabía que todo con ello podría ganar.

Quieto miraba a su alrededor, todo era igual al día anterior.
Vasos vacíos se apilaban a un rincón de la barra en el centro del local,
Camareros y meseros se paseaban de un lado a otro,
Guardias de seguridad controlando sutilmente uno que otro incidente de alcohol.

Todo parecía igual, pero él sabía que en un instante todo comenzaría a cambiar.
No era una simple mano, era la apuesta de su  vida;
Algo que le diera adrenalina, que le recordara que la vida no era ir y venir,
Que había excitación, euforia, recompensa.. porque ya nada de eso tenía.

Decisivamente mostró su mano, quería tener la satisfacción de ser él quien decidiera.
Y tal como pensó, todo a su alrededor se detuvo unos segundos,
Para inmediatamente explotar en gritos y alabanzas.

Nada más que eso necesitaba para el resto de sus días.

Hermano

Hacía mucho que no se le acercaba,
Su olor por completo lo había olvidado,
La sensación de su piel fría no la reconoció,
Ni tampoco esa extraña suavidad.

Cinco segundos le bastaron para descubrir,
Descubrir cómo era él, cómo se sentía él.
Ese olor a alcohol, esa elasticidad de su joven piel
Esa sinceridad de acogerla sin rechazo.

Tiempo atrás las cosas habían sido diferentes,
Él había sido diferente a quien ahora estaba a su lado.
Una persona fría, distante, alejada, sin respuesta;
Hoy era alguien alegre, cercano, e incluso un poco frágil.

Le gustaba esa persona, quería conocerla,
Descubrir qué le gustaba, qué pensaba, qué quería;
Le entusiasmaba la idea de poder conocer nuevamente a su par,
A quien una vez amó, luego odió y finalmente ha vuelto a encontrar.

Interior

Debía resolver un problema,
Un gran conflicto a afrontar.
Aquel que tenía frente a sus ojos,
Y sucumbía en su interior.

No entendía ni de letras ni de números,
Todo se alteraba a su alrededor.
Mas de repente, el silencio acalló.

¿Qué ocurrió? - Se preguntó a sí mismo.
Confundido se sentía, aislado de todo a su alrededor.
Ningún sonido, ninguna voz se alzaba en la muchedumbre.

Mirando a todos lados, buscando algún rostro conocido,
Nunca se había sentido tan solo y desesperado.

"Acá estoy" - Dijo una pequeña voz.
Miró pero a nadie atisbó
"Mira más de cerca" - Susurraba.
Y así hizo, cerró sus ojos y escuchó.

Tiene que doler

Ahora crees que estuviste encerrada,
Ahora crees que estuviste limitada
Ahora crees que todo de nuevo debes de empezar.

No te mientas, no te engañes
No te aloques ni te desates
No te pierdas entre tanta multitud.

Sé clara y específica, sé tranquila y decidida.

No juegues aquello que no vas a entender

Aléjate y llora; aléjate y sufre,
Permítete sentir ese dolor que tanto vienes ocultando,
Que tanto escondes y entierras
Porque no sabes cómo puedes manejarlo.

Tómate tu tiempo, siéntate y cierra los ojos,
Recuerda lo que tenías y lo que ahora debes conseguir,
Permítete sentir y soltar, agarrar para luego desprender.

Perdida

Mi corazón lo tienes tú,
Entre gemidos y sonrisas,
Entre llantos y ansiedades.

Me haces pensar que sólo 
me buscas a mí,
Me haces creer que sólo 
soy yo para ti,
Pero con otros brazos tú te compartes.

¿Qué busco de ti? 
No tengo esa respuesta.
¿Qué quieres de mí? 
No sé si lo quiero escuchar.
¿Qué voy a hacer yo sin ti, 

si ya no estoy sola en mi interior?

Mi corazón vuelve a mí,
Pero junto a él, la soledad.

Existencia

Mi lugar, aquel otorgado por derecho al nacer.
Mi lugar, aquel anhelado durante el desarrollo.
Mi lugar, aquel ajustado a las decisiones que tomé.
Mi lugar, aquel buscado desde el momento en que me perdí.

Ya no sé dónde ir, ya no sé hacia dónde caminar.
Es un laberinto donde el centro soy y quiero ser yo.
Pero ello parece no bastar, y busco lo que ya no quiero tener.

Me siento perdida, me siento frustrada.
Me siento completamente extraviada.
Todo es un retumbe de decisiones (sinónimo)
Mas mi centro se quiere limpio y decidido.

Decidido en ser él y cuidarse,
Decidido crecer y desarrollarse,
Tan solo no sabe en dónde estar, o hacia dónde ir.

Las decisiones me retumban en la cabeza,
Las dudas surgen todas las semanas,
El dolor oculto me consume sin saber,
Y el miedo, poco a poco, comienza a emerger.

Abandono

Mi corazón lo tienes tú,

Entre gemidos y sonrisas,

Entre llantos y ansiedades.

Me haces pensar que sólo me buscas a mí,

Me haces creer que sólo soy yo para ti,

Pero hacia otros brazos tú te compartes.

¿Qué busco de ti? 

Yo no tengo esa respuesta.

¿Qué quieres de mí? 

No sé si lo quiero escuchar.

¿Qué voy a hacer yo sin ti, 

si ya no estoy sola en mi interior?

Mi corazón vuelve a mi,

Pero junto a él, la soledad.

Pensamientos

 Hoy no fue un buen día, hace tiempo que el día dejó de ser un buen día, que el corazón ya no aguanta tanta presión ni silencio.

Hoy ya no es un día más, hoy dejó de ser hoy porque ya es mañana, 

Mi hoy ya no existe, mi hoy no busca encontrar un lugar de ser, de estar presente.

Mi hoy no tolera el ayer ni tampoco respira el momento; mi hoy es un océano tan grande que no tiene cabida dentro de mí.

Por eso viene el mañana, para que la rueda siga girando, para que el valor siga existiendo;

el valor a continuar, a seguir el camino, ¿pero cuál es ese camino, qué posee ese valor?

He vuelto a escribir, y eso significa que estoy empezando a retroceder.

Pero no quiero retroceder, no sé si quiero parar, sé que me gusta avanzar. 

Ya más nada hay, experiencias que no son aprendizaje;

Aprendizajes que no son racionales;

Razón que no es análisis.

Cuestionamos lo que tenemos porque vemos lo que nos falta.

Alabamos a quien creemos logró aquello que nosotros buscamos,

Mas ni ellos ni yo estamos aquí por la misma causa.

Todo esto es un océano más profundo que la existencia del propio universo.

Una noche de calor

Era una noche algo acalorada, las sábanas se pegaban a su cuerpo
Las ventanas, semi abiertas, parecían no permitir la entrada de aire.
No tenía nada puesto, mas el calor le parecía un poco insoportable.

Allí acostado en su cama comenzó a sentir como el vacío emergía dentro de él.
Poco a poco comenzó a sentir un aire que le apretaba la garganta y el pecho,
Que no se separaba de su cuerpo, y sentía que prontamente iba a llegar a su corazón.

No era fácil, no era sencillo, no era lo que esperaba.
Cada día que pasaba, sentía cómo se le escapaba todo de las manos.
Una lucha contra lo que no quería ver, no quería sentir, no quería tener.
Cada día era un esfuerzo por mantenerse despierto, mantenerse activo, mantenerse vivo.

Esa noche no fue distinta a las demás.
Ya no dormía ni descansaba, el vacío comenzaba a sentirse cada vez más fuerte.
Le costaba respirar, el aire comprimido quemaba todo lo que tuviera por dentro.
Trataba de recordar, recordar aquellos días, aquella sensación de paz tan diferente a lo que hoy sentía.

Nada más quedaba por hacer, eso ya lo sabía
Debía esperar a que el dolor pasara, esperando volver a sentir otra vez.