7 nov 2012

Vacío

Esa noche, su cuerpo no aguantaba más.
Sus ojos le pesaban, como dos circonios sin pulir.
Sus hombros se iban hacia atrás, inclinándose casi a suelo;
Sus brazos, tiesos como marionetas, se apoyaban sobre el asiento.

Los días le tomaban la cuenta;
Horas, minutos, segundos.. de nada era consciente.
El tiempo dejaba de ser relevante; ya nada importaba.

Quiso levantarse, ir por un refrigerio en esa noche calurosa;
Luego del cuarto intento, pudo levantarse y empezar a caminar.
“¿Soda o cerveza?” – Se preguntó a sí mismo.
Tras revisar un par de veces más, optó por la cerveza.

Se sentía solo, vacío,
Miraba el techo con ansiedad.
Ella ya no volvería, ni esa ni otra noche más.

Habían estado discutiendo más de la cuenta;
El cuerpo ya no resistía tanta tensión,
Mucho menos la paciencia de ambos.

Se dejó caer, el suelo estaba más acogedor de lo que pensaba.
Miraba la puerta de entrada con ilusión, esperando lo que no ocurriría.
Tiró con rabia la botella ya vacía. El llanto fue el único sonido de esa noche.

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